Ley de Semillas: ¿qué voces se están escuchando?

Ante el dictamen sobre la ley de Semillas, que se tratará próximamente en la Cámara de Diputados, desde el equipo de Bioleft manifestamos la necesidad urgente de generar un debate abierto y participativo acerca de las posibles direcciones de este cambio y sus consecuencias.

Las semillas son el principal insumo de la producción agrícola, de fundamental importancia para nuestro país. Sin embargo, cumplen también otras funciones de sumo valor, como ser fuente de información para el desarrollo de nuevas semillas; ser reservorios de conservación de la diversidad biológica, social y cultural; y servir a la transmisión de saberes de generación en generación y entre comunidades. El proyecto de ley que se discute en este momento debería proteger todas estas funciones, y no solo la función productiva por sobre las restantes. De no ser así se pondrá en riesgo la capacidad del sistema de regenerarse continuamente y enfrentar cambios a futuro, nuestra autonomía tecnológica, nuestra capacidad de proteger nuestro medio ambiente social y natural, y nuestra soberanía alimentaria.

Entendemos que un cambio es necesario ya que el sistema existente está dejando de proteger algunas de las funciones de las semillas, debido al vacío legal que genera en la actualidad la superposición entre el sistema de patentes y el de protección de variedades por ley de Semillas. Sin embargo, es alarmante la urgencia con la que se pretende hacer pasar los cambios y la falta de información y diálogo existente acerca del tema, incluso entre los tomadores de decisiones. Actores centrales para la discusión -de la sociedad civil, asociaciones de agricultores, científicos, e investigadores- no han sido consultados, y solo las voces de algunos interesados están siendo escuchadas.

Desde Bioleft proponemos empoderar a la sociedad civil como alternativa, a través de herramientas que propicien el mejoramiento colaborativo, pero entendemos que el marco institucional y las políticas de estado deberían cuidar el interés público y no solo el de algunos sectores de la sociedad.

Ciertamente no hay hoy un consenso respecto de la dirección que el sistema de semillas debería tomar. Creemos que esta ley tiene una gran importancia para el futuro de nuestras semillas y, por lo tanto, debe ser discutida y trabajada considerando seriamente sus implicancias para todos los sectores y actores involucrados.