“Nuestra idea es empoderar un sistema de semillas abiertos, conectando capacidades ya existentes y creando nuevas”. Con esta frase, Anabel Marín, directora de Bioleft, resumió la iniciativa en el seminario de investigación de la Escuela de Economía y Negocios de la Universidad de San Martín, el jueves 25 de junio.
El seminario convoca a especialistas en desarrollo productivo, economía y negocios para compartir sus avances de investigación el último jueves de cada mes. Desde marzo de 2020, tomaron el formato virtual, lo que permite ampliar la audiencia. Esta vez, el título elegido fue “¿Soberanía alimentaria desde las semillas? Alternativa a las patentes en sectores esenciales”. La idea de esencialidad del sector de alimentos y particularmente del de semillas, agudizada por la pandemia, sobrevoló todo el webinar, que fue seguido por más de ochenta personas de diferentes países de América latina.
“La industria de estos años generó semillas que no se adaptan a las necesidades de los pequeños productores. Por eso queremos apoyar un sistema de mejoramiento que produzca esas semillas que otra agricultura necesita”, explicó Marín. En su presentación, partió de la concentración cada vez más acentuada de la industria semillera y detalló cómo amenaza la sustentabilidad biológica, social y también económica. A partir de este punto, explicó la propuesta de Bioleft: crear un sistema de semillas abiertas, que garantice la producción y circulación de semillas diversas, adecuadas a diversos tipos de manejo agrícola, como la agroecología, la agricultura orgánica o la producción familiar.
Luego expuso la visión de Bioleft como una herramienta para construir conocimiento en genética vegetal de manera colaborativa. “Descubrimos que esta plataforma puede ser muy útil como herramienta para el mejoramiento participativo, ya que los intercambios entre agricultorxs y mejoradorxs generan información muy valiosa; para eso estamos desarrollando la herramienta que llamamos ‘Cuaderno de campo'”, destacó. “El mejoramiento participativo permite los criterios múltipes a la hora de elegir qué variables priorizar al mejorar las semillas, y nos saca de la lógica única de priorizar el rendimiento, que deja de lado la sustentabilidad ambiental y económica.”
Finalmente, Marín aseguró que la idea de la red de semillas abiertas no es una utopía, sino una alternativa posible y concreta: “”Tenemos capacidades domésticas descentralizadas, en el sistema público y en pequeñas empresas. En Argentina todavía las nuevas variedades suelen provenir del sistema público y de empresas nacionales. Eso da margen para proponer a estos actores el sistema de semillas abiertas”.
Tras la exposición, respondió a preguntas de un público muy informado e interesado sobre la incidencia de las semillas en el campo de la soberanía alimentaria y tecnológica.
Aquí el resumen de la Escuela de Economía y Negocios de la Universidad de San Martín.