Entre el 27 y 30 de mayo tuvieron lugar las segundas Jornadas Científicas y Tecnológicas de la UNSAM, donde equipos de investigación de todas las unidades académicas de la Universidad presentaron avances en sus trabajos de investigación y se fomentó el intercambio entre colegas de distintas disciplinas.
Durante las jornadas, miembros del equipo de Bioleft lideraron dos actividades. Por un lado, Florencia Chena, acompañada de Almendra Cremaschi, Julián Asinsten y Román del Valle, presentó el trabajo “Plataformas virtuales y problemáticas socio-ambientales: el caso de Bioleft”. Durante su exposición, Florencia compartió avances en el desarrollo de la plataforma Bioleft, una plataforma virtual de código abierto que contribuye a crear un ecosistema digital para productorxs, mejoradorxs, huerterxs, técnicxs, extensionistas y consumidores. Florencia está liderando el desarrollo de la nueva versión de la plataforma Bioleft que se presentará hacia finales del 2024 y que al igual que las versiones anteriores está siendo construida de manera colaborativa entre desarrolladorxs de software, investigadorxs y agricultorxs. Durante la presentación, Florencia hizo hincapié en las tres grandes funcionalidades que la plataforma tiene actualmente: un catálogo de semillas, un cuaderno de campo y una comunidad digital. El catálogo busca visibilizar y disponibilizar semillas que no necesariamente se encuentran disponibles en el mercado, pero que son fundamentales para diversos tipos de agriculturas, como la agricultura familiar, orgánica y agroecológica. Al estar disponibles en un ecosistema digital, esperamos fomentar la circulación de las semillas entre distintas personas a través de licencias de código abierto que Bioleft co-desarrolló para transferir material genético. El cuaderno de campo invita a la sistematización e intercambio de información sobre las semillas y plantas para facilitar la co-producción de conocimiento sobre ellas. Esta es una herramienta fundamental para apoyar nuestros experimentos de fitomejoramiento participativo. Por último, la comunidad digital es un espacio para conectar a distintos usuarixs y conformar una red de semillas abiertas, intercambiar semillas, información y conocimientos.
Al final de su presentación Florencia comentó los desafíos que se están abordando en el desarrollo de la nueva versión de la plataforma. En esta nueva versión se busca que la plataforma esté adaptada a las necesidades de sus usuarixs. Sin embargo, la plataforma es utilizada por una multiplicidad de actores, como agricultorxs, fitomejoradorxs, extensionistas, huerterxs y consumidorxs, cada unx con necesidades de uso específicas y objetivos diferentes, por lo que el equipo de desarrollo está realizando un trabajo de investigación y testeo colaborativo con distintas personas para adecuar la plataforma a sus necesidades y objetivos. Al mismo tiempo, no todas las personas que Bioleft busca involucrar en la plataforma están familiarizados con las herramientas digitales ni cuentan necesariamente con conexión a internet. Por eso la nueva versión busca contar con funcionalidades que no necesiten de conexión a internet y de que esté presentada en un lenguaje intuitivo y amigable. En ese sentido Florencia destacó que un gran aprendizaje del proceso fue entender cómo navegar la tensión entre la necesidad de simplificar la carga de información por parte de lxs usuarixs y la necesidad de construir conocimiento robusto sobre las semillas que forman parte de la plataforma digital. El último desafío que presentó Florencia refiere a la manera en que el ecosistema Bioleft interactúa con los distintos marcos legales que regulan los sistemas de semillas.
La otra actividad en la que Bioleft estuvo involucrado durante las Jornadas fue el “Taller de diseño de procesos participativos para la innovación y sostenibilidad”, que Julián Asinsten, coordinador de Bioleft, lideró junto a Lilia Stubrin, Mariano Fressoli y Almendra Cremaschi, directora de Bioleft.
El taller tuvo dos etapas. En la primera, Julián realizó una introducción conceptual sobre enfoques participativos y técnicas de co-creación en procesos de innovación y sustentabilidad. Durante este recorrido se buscó compartir entendimientos y experiencias sobre procesos participativos, entender su potencial para dar lugar a soluciones innovadoras en problemáticas sociales y reflexionar sobre sus posibilidades y limitaciones. La experiencia de Bioleft fue utilizada como ejemplo del potencial de los procesos participativos para dar lugar a respuestas innovadoras a problemas de sustentabilidad. Por eso, durante el taller, Julián recuperó la experiencia de los laboratorios de transformación que entre 2016 y 2018 dieron origen al proyecto de Bioleft a través de la colaboración entre agricultorxs, investigadorxs y especialistas en políticas públicas que buscaban encontrar respuestas a problemas de sustentabilidad en el sistema de semillas. Pero también, durante la presentación, se mostraron distintas técnicas participativas utilizadas en talleres liderados por Bioleft, cómo el caso del súper maíz, donde investigadorxs del INTA y de la Facultad de Agronomía de la UBA y productores de maíz co-diseñaron variables de observación de un experimento de mejoramiento colaborativo a través del dibujo de súper maíces, que permitieron establecer un dialogo y una coordinación distinta entre lxs participantes.
En la segunda etapa el taller pasó a la práctica: lxs participantes, entre lxs que se encontraban investigadorxs de distintas áreas de la universidad, incluida la vicerrectora, Ana María Llois , realizaron un ejercicio especulativo en grupo. Allí, aprovechando el contexto de las Jornadas Científicas y Tecnológicas, debían representar en un dibujo cómo era para ellxs la relación de la universidad con la sociedad, e imaginar cómo podría ser en el futuro. El objetivo era que cada grupo desarrolle una metáfora visual que nos permita reflexionar sobre este problema y pensar en nuevas ideas para el futuro. Los dibujos y las metáforas fueron vastas y ricas; algunos dibujaron árboles y tejidos de raíces para pensar el presente; otros, pensaron que la relación entre la universidad y la sociedad hoy está representada por fronteras que aparentan ser difíciles de franquear. Para el futuro, emergieron otras ídeas; algunxs imaginaron que esa relación debía ser como una red de micorrizas, interconectada y descentralizada; otrxs, eligieron al jengibre: una relación intensa, picante y reproducible.